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El despacho es una de las habitaciones más importantes de la casa, el lugar ideal para relajarnos y concentrarnos en nuestro trabajo o estudios. Libre de distracciones, un reducto de confort que nos permite tener la cabeza despejada. En la entrada de hoy os vamos a mostrar unos consejos para que transformes este espacio en algo más, lleno de elegancia, con multitud de estilos a tu disposición y totalmente personalizado según tus gustos.

Mayor amplitud

No hay nada que agote más a la vista que una habitación sobrecargada. El primer paso será crear sensación de amplitud y para ello nada mejor que las estanterías abiertas. En el mercado podemos encontrar modelos asimétricos que se adaptan a cualquier rincón por pequeño que sea, como por ejemplo las estanterías esquineras. Las puedes llenar con libros, revistas o cualquier otro objeto decorativo, liberando así un espacio vital en la mesa de escritorio.

Mobiliario de oficina

Un despacho organizado y atractivo a la vista tiene relación directa con la calidad del mobiliario de oficina. En este sentido, debemos dar mucha importancia a los archivadores, eligiendo aquellos que además de un factor estético tengan las dimensiones adecuadas para nuestras necesidades. La variedad es enorme y se adapta sin problemas a muchos estilos: desde un armario industrial de metal a una cómoda claramente vintage. En el caso de contener documentos importantes, incluso podríamos considerar comprar un contenedor a prueba de incendios.

Iluminación

Una buena iluminación cansa menos la vista y transforma el espacio por completo. Es buena idea colocar una fuente de luz dirigida hacia el escritorio o nuestro espacio de trabajo, para así formar una atractiva dinámica entre luces y sombras.

Las lámparas de sobremesa con interiores reflectantes son capaces de crear una atmósfera cálida que es muy agradable para esas largas noches en vela.

Y si queremos ahorrar en la factura, se recomienda utilizar bombillas LED en lugar de las habituales.

Un espacio inalámbrico

La maraña de cables no solo produce un efecto de desorden en el despacho, sino que además aumenta el riesgo de sufrir un incendio.

La mejor opción es deshacernos de todos los cables que podamos, sustituyéndolos por dispositivos inalámbricos. También podemos instalar un concentrador USB, o a unas malas ocultar los cables mediante un contenedor de almacenamiento.

Lleno de personalidad

Debemos sentirnos cómodos, pero teniendo cuidado en no llenar la habitación de demasiados objetos personales que puedan distraernos. Como alternativa, os proponemos que colguéis vuestros títulos académicos, diplomas y otros galardones que os motivarán para seguir adelante en vuestra tarea. Y además, crearán una grata impresión a aquellos que visiten vuestro despacho.

Zona de trabajo

Muchos diseñadores prefieren dividir el espacio en zonas de actividad, algo que encaja a la perfección con el concepto de despacho.

Para empezar, podríamos crear un espacio principal de trabajo que incluya el escritorio y el equipo de oficina más frecuente. Alrededor de él, acotaríamos la estancia con librerías llenas de material de referencia o bien crearíamos una zona de suministro de papel y otros consumibles para la impresora.