conseguir una rebaja en el precio de alquiler

Existen muchos motivos distintos para renegociar a la baja el precio de tu alquiler. Quizás te han despedido y ya no puedes hacer frente a la renta, has encontrado una vivienda que es igual y encima más barata o, simplemente, el importe te parece demasiado caro. Sea cual sea la razón, en la entrada de hoy vamos a mostrar una serie de consejos que esperamos te sean de ayuda cuando estés renegociando el precio del alquiler de tu casa.

Aspectos a tener en cuenta

Estar bien informado de aspectos clave del alquiler es esencial para tener éxito en la negociación. A continuación, vamos a enumerar algunos de los puntos más importantes.

El contrato de alquiler

Antes de sentarte cara a cara con tu casero para pedirle una rebaja en el alquiler, deberías tomarte tu tiempo para leer el contrato que firmasteis. Has de conocer al dedillo todos los apartados, ya que a lo mejor se ha incluido una cláusula que impida negociar el precio. Además, te vendrá muy bien para tener claro cuáles son las obligaciones y los derechos que tienes como inquilino.

Los precios que se manejan en tu zona

Una vez al día en los asuntos legales, deberías darte una vuelta por tu zona para conocer el precio medio que tienen las viviendas de alquiler. De esta manera, podrás saber si estás pagando de más o, por el contrario, te encuentras ante una ganga. Estas operaciones se pueden llevar a cabo cómodamente desde casa, usando los índices de precios que se encuentran en algunos de los portales web dedicados al mundo inmobiliario.

La demanda de tu zona

Una vez que sabemos los precios habituales en nuestra zona, también deberíamos conocer la demanda. Si el piso está ubicado en zonas de baja demanda donde es muy complicado conseguir inquilinos, esto será un argumento de mucho peso a tu favor para obtener un descuento en la renta. En la mayoría de los casos, es preferible ganar algo menos cada mes que tener vacío el piso durante un periodo largo de tiempo.

Los buenos inquilinos parten con ventaja

Sin duda alguna, tu pasado como inquilino va a tener mucho peso en la decisión final del casero. Si siempre has sido puntual en los pagos, has mantenido la vivienda en perfecto estado y no has dado problemas, podrás jugar la carta del buen inquilino durante las negociaciones. La confianza es lo más importante de todo, sobre todo en contratos a largo plazo.

Márcate unos objetivos flexibles

Si estás contento en tu casa de alquiler y no te interesa realmente cambiar de domicilio, también tendrás que ser flexible en tus pretensiones. En el caso de que el casero se niegue a bajar la renta por los motivos que sean, siempre te queda la posibilidad de proponerle algunas alternativas. Por ejemplo, que se haga cargo de parte de las facturas de los suministros energéticos o bien que compre algunos electrodomésticos más eficientes. Ante todo, asegúrate de que las negociaciones no enturbian el buen ambiente entre ambos.